Lo que tú llamas destino es el resultado inevitable de rasgos, tendencias y patrones que existen en tu personalidad y te llevan a pensar, sentir y actuar de una determinada manera.
Cuando el autoconocimiento entra en escena y tomas “ conciencia” de ello, dejas de estar a merced de eso que tu llamas destino y empiezas a tomar el mando abriéndote a una gran variedad de posibilidades o realidades.
Ejemplo:
Francisco (nombre ficticio) es un directivo de 52 años, que en este momento se encuentra deprimido, triste, poco realizado, con cierto sentimiento de fracaso sin lograr aquello a lo que aspiraba. Aunque no se puede quejar (trabajo no le ha faltado) ha rotado por varias empresas con finales desagradecidos, en la actualidad se encuentra en una posición cómoda aunque poco desafiante para el.
Refiere frustración, culpa, decepción y cierto resentimiento. Considera que no ha tenido suerte o que su propio destino ha impidido su realización personal como algo que le supera y no puede controlar.
Como es habitual, realizamos una evaluación exhaustiva y descubrimos en su personalidad aspectos interesantes que desmoronan la teoría de la suerte o la influencia del destino.
Francisco, tiene un alto nivel de razonamiento, incluido el abstracto, así como alta inteligencia emocional (comprensión, facilitación y manejo) alto nivel en autosuficiencia, apertura al cambio, responsabilidad, compromiso, habilidades de comunicación entre otras variables que responderían hacia un buen autoliderazgo con propósitos y metas bien definidas que apuntarían hacia la satisfacción y el desarrollo personal.
¿Entonces..?
Por otro lado, y valorando otros aspectos en su estructura de su personalidad, se evidencia que Antonio carece de animación ( desde niño) le falta atrevimiento y dominio, depende del reconocimiento ajeno y tiende a la inhibición y el conformismo.
La situación actual de Antonio no es el resultado de la suerte o el destino, sino de una descompensación en la estructura de su personalidad con variables que se contradicen y oponen, anulándose unas a otras e impiden su desarrollo y realización personal.
¿Es eso posible? Si
Dentro de ti co-existen una multiplicidad de yoes que no siempre están de acuerdo. A veces, la solución a tus problemas se encuentra en poner orden en tu personalidad.